La declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la pandemia de Covid-19 el 11 de marzo de 2020 ha trastocado el mundo que conocíamos y, por ende, el modo de enseñar y aprender en los centros educativos. Entre las posibilidades de cambiar el escenario de enseñanza y aprendizaje tradicional en un aula, se han abierto otras posibilidades entre las cuales vuelve a cobrar importancia la enseñanza al aire libre. En los primeros años del siglo XX, la Waldschule de Charlottenburg en Berlín (1905), la Open Air School en Londres (1908), la Fresh Air School en EE.UU. (1911), la École a pleine air en Lyon (1914) así como los trabajos de la Institución Libre de Enseñanza en España en los años diez y veinte del siglo pasado abrieron el camino a este tipo de docencia. En la actualidad, se vuelve la vista a estas experiencias que, además, encierran una metodología innovadora de enseñanza y aprendizaje: un aprendizaje significativo (“piensa en global y actúa en local”) y, en las circunstancias actuales, ofrece además una metodología de inclusión escolar, pues rompe con la monotonía del aula y estimula al alumno/a.
Jesús Moreno Oviedo. Profesor de Geografía e Historia.
