Por suerte o por desgracia, el sector educativo en la época pandémica ha sufrido multitud de cambios, teniendo la comunidad educativa que adaptarse a las diferentes situaciones que se nos fue presentando para poder seguir ofreciendo una educación de calidad a nuestros alumnos.
Sin embargo hay cosas que no cambian o que aquellos que dominan por encima de nosotros no quieren cambiar, y que me temo, que seguirá siendo así pues, si con lo que hemos vivido no hemos conseguido nada, dios dirá.
La progresiva vuelta a la 'normalidad', o como los entendidos llaman 'adaptación a la nueva normalidad', nos ha devuelto una elevada ratio en las aulas, ¡con lo bien que estábamos siendo la mitad oye!: mejor ambiente y clima de aula, reducción de los problemas de convivencia, mejora de los resultados académicos, alumnos más participativos, mejor atención a la diversidad, y por último y no por ello menos importante, posibilidad de realizar actividades fuera del aula.
Sobre todo, hablamos de los pequeños. No todos se animan a dirigir y ser responsables de un grupo de 30 cabecitas pensantes y personajes inquietos de 12 años desplazándose libremente por un terreno al aire libre.
Consecuentemente, nos hemos visto afectados e incapaces de seguir llevando nuestras materias a la calle, a investigar e indagar fuera, con la regularidad con la que lo hicimos el curso pasado. Pero como dice el título de 'Los mejores discursos de Winston S. Churchill': 'No nos rendiremos jamás'.
Dejo por aquí algunas imágenes una actividad llevada a cabo, al aire libre, el curso pasado en tutoría, donde trabajamos la orientación espacial en nuestro entorno. ¡Qué maravilla de día pasamos!.
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